Casi famoso

Por obvias razones (obvias para mí), los domingos son los días que más horas le dedico a la lectura de libros; en realidad a cualquier tipo de lectura, incluso al desentrañamiento de arcanos designios en la conformación aleatoria de las nubes, especialmente cuando el cielo está nublado (…). Así que, blogger amigo, amiga, no te me ofendas si no te comento, si no te dejo un abrazo a la distancia ni me emociono contigo o sintigo. Sucede que ando tan ocupado digiriendo contenidos, atendiendo el celu, chateando y consultando Frikipedia, que la vida virtual no me da para más. Y a ti, anónimo fan, cuánto me gustaría ser un tecleador compulsivo para satisfacer tus demandas voyeuristas, abrirte un poco más mi bobo... Por si acaso del Nastizol no paso. En apariencia, todo este chanfainístico introito tiene su razón de ser.

Hasta hace un momento he tenido bastante avanzada la lectura del último libro de aquella lista de pendientes que motivara un par de posts (tengo 6 nuevos libros, todos de un mismo autor que se está haciendo eterno candidato al Nobel, pero no quiero consignarlos aún, hasta hacer mi compra quincenal y llegar a la cabalística oncena). He encendido la tele y la PC. Un rápido paseo por los blogs de toda laya que visito, me ha deparado una desternillante sorpresa: Un esquizoide blogger (Baneadito: un alpinchista anarquista con DNI y carné de sanidad), ofendidísimo él, me ha dedicado sus pacharaquientas líneas, con ese tonito de cómico ambulante bregado en las más inopinadas esquinas y fumaderos, y tomado como fuente de inspiración para otra de sus peregrinas tesis que siempre serán una mala copia de algo mejor. Originalidad no le pidan al muchacho, basta y sobra con el tratado de comicidad que se ha propuesto garrapatear con ímproba dedicación e irregulares resultados.

A ver, en qué fallé, qué dije o no dije. Lo que dije, está claro, fue haberme casi confesado no sólo de amante de los gatos sino también como eventual lector de don Ramón hippie; ponerlo a la altura de las líneas pergeñadas por algunos editorialistas, pero muy por debajo de la columna de El Búho. Sí, D’Artagnan de fosa común o Cristo loco (si la foto fuera de este espécimen -lo dudo aunque nunca se sabe- mínimo merecería cadena perpetua), ha entrado en crisis de identidad por haberlo citado y dizque denostado. Es más, se manda contra otra blogger (otro mate risa involuntario de este fantasmal claun) y cierra su participación con una discreta ¿diatriba, libelo? (exagerando), travesura down, berrinche (para rozar el apotegma tipificativo) a la figuretti comunidad bloguera, a la que moteja de “e-celebrities” - manga de estúpidos, y que yo juzgo de discreto e insuficiente. Vamos, para la próxima que exprima más su escaldado cerebro.

Aún no salgo del estado catatónico en el que la previsible prosa de Fumadito me ha incluido. Yo sin saberlo hasta ahora: Soy casi e-famoso, asiduo asistente a cuanta reunión blogday se convoque (y hasta bloggay, porque cómo eso de tener como mascota a un gato y dedicarle inexistentes poemas). Soy íntimo de Henry Spencer, Alicia Bisso (y toda esa caterva de angurrientos); chochera de Maxi. Carezco de vida social, padezco de mamitis, posteo compulsivamente sobre naderías, pertenezco al gremio de cosmetólogos y modistos. Además y todavía, soy casi un emo, un nerd consumado, fanático de los MeMe, parafílico y un largo etcétera. ¿No debería estar más bien pletórico de orgullo y ensoberbecido hasta las cachas?
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Al contrario, me caigo de la vergüenza. ¡Soy del montón!. Que un NN (como yo, como tú) me cante sus verdades, me cite (cómo habrá llegado a mi blog, es algo que sólo un ocioso profesional y gugueleador a tiempo completo puede hacerlo) y alucine un toque conmigo (contigo también, quizá), es como para deprimirse por todo lo que me resta de vida y con graves secuelas en mi hipotética progenie. Esto quiere decir que no he cumplido con la idea inicial al escribir en este blog: pasar inadvertido salvo para contadas personas. ¿En qué momento se jodió Fenixcidio? ¿Cuándo pasé a formar parte de ese clan de impresentables que se masajean el ego propio y ajeno, pululan en la red, se reproducen cual plaga, clonan, vienen con el paquete de Windows? ¿Cuándo dejé de ser un outsider?

Y mis cuestionamientos cruciales: ¿Cuándo me resarciré de mis pecados y auparé (guarda ahí, no te me emociones) a los antisistema, a los hepatólogos, a los palomillas de cybercafé con pollo a la brasa, a los incomprendidos erotómanos, a los petardistas abanderados de la homofobia y el machismo, a los que se relamen los labios recordando cada pendejada escrita o por escribir? ¡¿Cuándo, Lucifer?! En tu manto protector encomiendo esta alma descarriada. Y nada, acá te queremos y creemos, Baneadito, total, es gratis.

3 comentarios:

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
HUACHAFITA dijo...

Ja,ja,ja, este post me hizo desternillar de la risa. Y es antiguo, no lo había visto antes.
Creo que la sátira, el líbelo o el guión para programa cómico te va....bromas aparte, me sigo riendo de como haces polvo al Cristo pobre o pie de loco.
Saludines gatunos.

R. dijo...

Creo que fácil la hago de libretista cómico, no? Además, dicen que está bien remunerado! XDDD

Cat-saludines!
R.