Sí, amigos. Aryel y yo les decimos adiós. 

Este no es un ataque de locura pasajero; en realidad sí podría ser tipificado de locura, pero créanme, tengo mis motivos. Este es el fin de una bonita experiencia y la fecha del adiós se me vino a la mente casi al mismo tiempo en que inicié esta última etapa bloggera dedicada a mi pasión por la literatura.

Hace una semana se precipitaron las cosas para cerrar Fenixcidio definitivamente, pero no me salían las palabras del adiós. La verdad sigo sin encontrar esas palabras, mas no me parecía justo dejar el blog (desmontarlo de a poquitos) sin la despedida respectiva que de alguna manera exprese mi eterno agradecimiento para con todos ustedes: los lectores habituales y eventuales de este espacio que se vio enriquecido con sus comentarios y correos.

Gracias por su tiempo, consejos, bromas, recomendaciones. Gracias por expandir mi cultura libresca. Gracias por hacerme sentir su igual en esta  maravillosa pasión por los libros y la lectura.

¡Gracias!

Vuestro amigo,
R.

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