Murakats



Más de una vez me he preguntado cómo será leer la obra de Murakami en forma cronológica, desde su primer libro hasta el más reciente, con el fin de apreciar su evolución, rastrear su recurrencias no tan visibles y que cualquiera que haya leído un par de libros del japonés percibe sin mayor esfuerzo. Lamentablemente, por cuestiones que conciernen a la editorial que lo publica en nuestro idioma, y caprichos de escritor consumado, esto es imposible. ¿Algún día tendremos las traducciones al castellano de sus primeros libros? Alucino y ruego que sí. De momento, como novedad libresca del presente año, se ha anunciado la publicación, siempre por Tusquets, de su libro de relatos Después del terremoto (2000), el cual espero no tarde mucho en llegar a nuestro país.

Anoche, inspirado por una foto que C captó de Aryel, la que inmediatamente nos remitió a C, G y a mí a una conocida imagen de uno de nuestros escritores favoritos –argentino él–, despejé una duda con respecto al nombre del gato del narrador sin nombre de La caza del carnero salvaje (1982) y de Baila, baila, baila (1988). Si bien han pasado sus añitos entre ambas lecturas, y no es que me acuerde de todo –memorioso no soy– , que el michi se llamara Sardina no me sonaba de nada. Y si hay que echarle en falta algún ingrediente murakamiano a la secuela, yo diría que escasearon los mininos: el único felino termina su participación en la página 28 (más adelante se le menciona de pasada), aunque lo narrado en esta sección es un punto de quiebre en la vida del protagonista, hasta ese momento un tipo sumido en el marasmo.

Tomé, pues, mi ejemplar de Compactos Anagrama, y al instante cayó en mis manos el papelito en el que hago mis apuntes, y releí páginas enteras de esta novela, y vaya que acá sí que Murakami se despacha de lo lindo, gatunamente hablando. Pues bien, según el traductor de La caza del carnero salvaje, al minino achacoso y pedorro le ponen por nombre Boquerón (nunca tuvo uno hasta que encargan su cuidado a cierto chofer, quien además lo bautiza así), y yo que me pregunto si el traductor de Baila, baila, baila no pudo respetar el mismo nombre. (Gracias a Google, hace unos instantes me informé sobre las diferencias entre los boquerones y las sardinas.)

Comprenderán que cuando uno está de vacaciones, y estrenando año nuevo, le vienen a la mente esta clase de dudas existencialistas. Así que, para no seguir aburriéndolos, termino este post con las fotos de rigor y una cita que, en cierta medida, me recuerda al discurso que suelto cuando me ausento y encargo por Aryel, quien, dicho sea de paso, sería la antítesis de Boquerón/Sardina, pero igual de querible e importante.




Un extracto de La caza del carnero salvaje (1982):

 –No le dé carne muy grasienta, porque la vomita. Y como tiene los dientes débiles, nada de cosas duras. Por la mañana, déle una botella de leche y una lata de comida para gatos. Ya avanzada la tarde, un poco de sardinas secas, carne o palitos de queso. En cuanto al orinal, procure que lo limpien cada día. No le gusta verlo sucio. Como tiene frecuentes diarreas, si a los dos días no se pone bien, vaya al veterinario por una medicina, y hágasela beber. Una vez que le dije todo esto, afiné el oído para captar el ruido del bolígrafo garabateando, al otro lado del hilo. –¿Y qué más? –dijo el hombre. –Está empezando a padecer de garrapatas en las orejas; por eso límpieselas una vez al día con un bastoncillo de algodón untado con aceite de oliva. Lo suele llevar a mal y se alborota, pero cuidado, no le vaya a romper el tímpano. Aparte de eso, si le preocupa que pueda arañar la tapicería de las butacas, córtele las uñas una vez por semana. Puede hacerlo con un cortaúñas corriente. Pulgas, no creo que tenga, pero, por si acaso, no estará de más darle un lavado con champú antipulgas de vez en cuando. Ese champú lo puede encontrar en las tiendas de animales domésticos. Después de lavar al gato, séquelo bien con una toalla, y pásele luego el cepillo; y para terminar, aplíquele el secador. De no hacerlo así, coge resfriados morrocotudos. –¿Qué más? –Eso es todo.



 Información para murakamianos (vía el blog Bestiario de Lirios): 

http://hackerfox.blogspot.com/2013/01/oye-al-viento-cantar-fragmento.html

10 comentarios:

Isi dijo...

jaja los Murakats :)
Pues esto de que traduzcan cuando quieran y, por supuesto, el nuevo traductor pase olímpicamente de informarse sobre el libro anterior al que está encargado de traducir, me trae de cabeza a mí también, pero por otros autores, no cooncretamente por Murakami....
No pude terminar La caza del carnero. Me pareció soporífero, no entendía nada y es que no estaba interesada en la historia, así que con baila baila baila te imaginarás que ni lo voy a intentar.
Pero cambiar el nombre del gato me parece muy mal. Hala, ya lo he dicho.

Stuart Flores dijo...

Veo que has desempolvado bien tu blog. Me encantaron las fotos.

Anónimo dijo...

Hola R. No me parece que hayas matado a Fenixcidio, por eso bien merecida la resurrección.
Adelante con Bel Ami, ja,ja,ja.
Demoiselle

R. dijo...

Isi: Quien pudiera leer a sus autores favoritos en su idioma original, para prescindir de los traductores, no? Sé que tú estás leyendo varios libros en inglés. ;-)
Yo creo que si te gusta La caza del carnero salvaje, te va a gustar cualquier libro de Murakami.

Nictálope: A ver cómo nos va con el blog este 2013.

Demoiselle: No estaba muerto, andaba de parranda... =D
Esa novela de Guy de de Maupassant's pienso leer este año.

Saludos a todos!
R.

T dijo...

Los pocos libros q he leído de Murakami los he disfrutado mucho, es como sumergirse en una nueva dimensión, hasta tuve unos sueños muy extraños con pasajes de uno de sus libros.
Como todo lo bueno en la vida se hace esperar... así q yo tb esperaré por verte esa gran sonrisa cuando llegue un libro más.

Saluditos!!

La hierba roja dijo...

Qué alegría ver que vuelves, R. No podía empezar mejor el año. :)

Es interesante comprobar cómo las editoriales organizan como quieren la publicación de la obra de un autor, mejor ejemplo que Murakami, ninguno.

En cuanto al japonés, he leído unas cuantas novelas suyas, y si bien no me desagradan, tampoco me declaro fan (es cierto que Tokio blues me encantó), así que dejaré pasar Baila, baila, baila. Tengo que centrarme en otro peruano que me llama desde la estantería. :)

Ay, lo que daría yo por leer a determinados autores en su idioma original...

Feliz 2013.

R. dijo...

T: A ver cuándo te animas a leer otra vez a Murakami.
1Q84 está esperando por ti... ;-)

Lahierbaroja: Gracias por la bienvenida.
Ya quiero enterarme de ese libro de autor peruano que leerás y comentarás. Sé que en breve comentarás un libro de Bolaño. De este autor al fin pude conseguir el año pasado uno que escribió en coautoría con A.G. Porta.

Saludines!
R.

Pollo dijo...

Hey!
Me pregunto que otros cambios habrán existido en la traducción de la obra de Murakami. Es raro porque pensé que todos tienen a la misma traductora (Lourdes Porta). Igual será motivo para seguir con los 3 libros que me faltan
saludos

Marian dijo...

Veo que te gustan como a mí los gatos y Murakami (es uno de mis autores preferidos)
¿Hs leído Kafka en la orilla?
Besos

R. dijo...

¡Hola Marian!

Bienvenida a este espacio algo olvidado.
Gatos y Murakami combinan perfectamente.
He tenido la oportunidad de leer todos los libros de Murakami que han sido traducidos a nuestro idioma.
Espero con ansias su última novela: "Los años de peregrinación del chico sin color".
Me pasaré por tu blog.

Un abrazo,
R. =^.^=