En realidad este post debería titularse “Mis lecturas de febrero”, o algo por el estilo, porque eso es lo que voy a comentarles brevemente: los libros que leí el mes pasado,  más la mención de uno que se coló en mi memoria y en la foto. Sí, ya sé que no he escrito hace casi dos meses, pero esto no ha querido decir que haya abandonado ni los libros (mi ritmo de lectura no ha sufrido ninguna variación) ni este espacio, menos vuestros blogs que leo con regularidad, aunque sólo de vez en cuando opine. Como algún visitante curioso habrá podido comprobar, siempre he estado actualizando, mediante la foto de rigor, la sección “Leyendo”, además de tener al día mi estantería virtual en aNobii. Quiero creer que la llegada del otoño en esta parte del hemisferio sur, de la mano de otros factores eminentemente personales, van a crear el ambiente propicio para postear con cierta regularidad; bueno, lo que yo entiendo por regularidad: siquiera dos entradas mensuales (que se las debo a los BIBs) y, lo no menos importante, trataré de estar a la altura de tan buenos lectores que me regalan su visita y comentarios. Así que, de momento, como quien va calentando motores, estos son los libros que leí en febrero:

La palabra del mudo ( I ), Julio Ramón Ribeyro
Este primer tomo de los cuentos completos de Ribeyro (1929 – 1994) está conformado por los libros:
- Los olvidados (6 cuentos)
- Los gallinazos sin plumas (1955)
- Cuentos de circunstancias (1958)
- Las botellas y los hombres (1964)
- Tres historias sublevantes (1964)
- Los cautivos (1972)
- El próximo mes me nivelo (1972)
La reina en el palacio de las corrientes de aire (2007), Stieg Larsson
Hijos sin hijos (1993), Enrique Vila-Matas
El Museo de la Inocencia (2008), Orhan Pamuk
El corazón helado (2007), Almudena Grandes
Ni de Eva ni de Adán (2007), Amélie Nothomb
El sueño de Inocencio (2006), Gerardo Laveaga

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La palabra del mudo ( I ) (Seix Barral, 2009)
Gratificante lectura, y en muchos casos relectura, de los cuentos de mi compatriota, a quien cederé la palabra para animarlos –una vez más– a descubrirlo:
Cuentos, espejo de mi vida, pero también reflejo del mundo que me tocó vivir. En especial el de mi infancia y juventud, que intenté captar y representar en lo que a mi juicio, y acuerdo con mi propia sensibilidad, lo merecía: oscuros habitantes limeños y sus ilusiones frustradas, escenas de la vida familiar, Miraflores, el mar y los arenales, combates perdidos, militares, borrachines, escritores, hacendados, matones y maleantes, locos, putas, profesores, burócratas, Tarma y Huamanga, pero también Europa y mis pasiones y viajes y algunas historias salidas solamente de mi fantasía a eso se reducen mis cuentos, al menos por sus temas y personajes…

La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)
Ya les conté el estado de enajenación en el que me hallé leyendo los dos primeros libros de la saga Millennium. Lo razonable hubiera sido esperar un tiempo antes de acometer la última entrega, como quien quiere provocarse mayor apetito lectoral o dilatar el reencuentro con sus protagonistas para que no se les desgasten tan rápidamente, sabiendo que ya no habrá un cuarto libro, salvo que la viuda se nos apiade y no se trate de un bluff. Millennium 2 concluye de tal manera que lo primero que hice fue correr parar leer su continuación (revelada ya la identidad de Zalachenko) y devorar páginas y páginas hasta que intuí que la vida de cierto personaje central no corría peligro, a la par que se me estaba haciendo pesada la trama (todo ese rollo de La Sección se me hacía infumable), lo cual aproveché para hacer una pausa en su lectura. Coincido con muchos amigos bloggers, que en su momento estuvieron pendientes de la publicación de este libro (yo como no soy lector de sagas, no sé lo que es esperar meses e incluso años para que te develen los hechos que siguen a ese desquiciante continuará…), en que la parte del juicio, tan bien llevado por Annika Giannini -la hermana abogada del cafeinómano Mikael Blomkvist- es de antología. Hasta siempre, Lisbeth.

Hijos sin hijos (Compactos Anagrama, 2001)
Hay ciertos autores que forzosamente asociamos a una determinada casa o grupo editorial. A Enrique Vila-Matas siempre lo identifiqué con el sello Anagrama (tengo un libro homenaje a Roberto Bolaño que contiene fotos donde aparece con el chileno y Jorge Herralde), pese a que tiene una buena cantidad de libros editados en otras editoriales, pero que no son los más renombrados. Íntima y quizá ilusamente celebré su cambio de camiseta editorial, ya que aquí en Lima los libros de Anagrama están por las nubes y los Compactos son bastante escasos. Podría ser que a partir de Dublinesca (2009) sus nuevas publicaciones sean más accesibles en toda la extensión de la palabra.
Hijos sin hijos es una bastante convencional colección de cuentos que mi amiga Insana rescató para mí. Subrayo lo de convencional ya que el catalán es tildado de escritor para escritores y no sé cuántas monsergas más que no me han impedido disfrutar sus hasta ahora nueve libros que he podido reunir.

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Líneas arriba debo haber dado la impresión de jactarme de no padecer las penurias de los lectores de sagas. Yo padezco la peor de las penurias: la de habitar un país del tercer mundo con contadas librerías, que encima es la sucursal del cielo de la piratería (leer el pasado artículo, La vida entre piratas, del norteamerincaico Daniel Alarcón). El punto es que aproximadamente debo esperar 4 meses o más hasta llegue el libro que me interesa leer; a veces ni llega. Otras veces la espera no es mucha si el autor y/o el libro y/o editorial son lo suficientemente comerciales. Las más de las veces sólo queda esperar hasta que llegue la edición económica. Esta espera lo único que hace es aumentar mis expectativas, lo que incide en mi apreciación final de lo leído, como podría ser el caso de la siguiente lectura.

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El Museo de la Inocencia (Mondadori, 2009)
Como se podrá deducir de un post antiguo, varias menciones aisladas, y 10 libros hasta ahora leídos, el turco Orhan Pamuk es uno de mis escritores favoritos, de ahí que, infundadamente o no, le exija una obra a la altura de los libros que lo situaron en mi particular parnaso literario. Su última novela, en un plano superficial, podría resumirse como la historia de una obsesión enfermiza: la que empieza el día que el acomodado Kemal conoce a Füsun, una prima lejana de condición humilde, quien es la dependienta del bazar donde él acude para comprarle un obsequio a su novia Sibel.
Así como una mirada es el detonante para una historia, los recuerdos tangibles que irá atesorando Kemal a lo largo de varios años le permitirán reconstruir su relación con la enigmática Füsun (recordar aquellos instantes de felicidad compartida, regodearse en el dolor hecho de ausencias y desencuentros, erigirle un Museo en su honor), así como su entorno y circunstancias (todo un catálogo de las costumbres e idiosincrasia de la sociedad estambulí), esto debido a su condición privilegiada como miembro de la clase alta y a sus errabundeos por lugares si bien no vedados para los de su condición, sí poco frecuentados.
Confieso que el posesivo y obseso Kemal me resultó un personaje difícil de comprender. Alguien que, como ejemplo, reunió y enumeró 4213 colillas de cigarros que salían de la mano de su amada, pero que sobre el final de la novela revela su tragedia, sólo puede despertar sentimientos contradictorios y unas ganas tremendas por recorrer museos o hacerse de uno.

El corazón helado (Maxi Tusquets, 2009)
Esta novela me apetecía leer desde que aquí llegaron las primeras noticias de su innegable calidad literaria. Su prohibitivo precio confabuló para que yo la fuera relegando de mi lista de adquisiciones hasta que la olvidé para rescatarla de mi memoria al leer una serie de comentarios elogiosos en los blogs de Isi, La hierba roja y Carmina, a la vez que me enteraba de su publicación en un formato más económico el cual tardó lo suyo en llegar a librerías limeñas.
El corazón helado es una novela apasionante de principio a fin. Pulcramente narrada, alterna capítulos en primera y tercera persona; que mediante saltos temporales y espaciales nos hace partícipes de situaciones de tensión, intriga, delación, traición, infamia, rencor y sentimientos más elevados como el amor en todas sus variantes, la piedad, la solidaridad, gracias a un amplio abanico de personajes secundarios, casi todos acertadamente perfilados, que participan de la trama y de un hecho trascendental en la vida de muchos españoles como fue la guerra civil y sus consecuencias para vencedores (muchos de ellos descarados oportunistas) y vencidos (los que se quedaron y quienes vivieron su condición de emigrantes en Francia, luego de pasar una serie de  vicisitudes hasta la incierta condición que vislumbraba la muerte de Franco). Lo roles protagónicos recaen en Álvaro Carrión (con voz propia), Raquel Fernández Perea, Julio Carrión González, el padre del primero, e Ignacio Fernández Muñoz, el abuelo de la segunda.
Tras la muerte de Julio Carrión será Álvaro (uno de sus 5 hijos y el favorito) quien se encargará de abrir la caja de Pandora (cartas, fotos, documentos) que contiene los secretos familiares más insospechados que lo sobrepasarán y confrontarán con la ausente figura paterna y, por si fuera poco, ponen a prueba su amor por quien, hasta que los hechos no se aclaran del todo, sería la joven amante de su padre. Tienen que leer esta novela.

Ni de Eva ni de Adán
Luego de dar cuenta de semejante novelón, me apetecía leer algo más ligero. Como físicamente no tenía nada que se le parezca, recurrí a otro e-book de la Nothomb, mi sexto título de esta escritora belga, y es justo decir que no me defraudó.
La Nothomb que me está gustando es la supuestamente autobiográfica, la menos retorcida, la que no se va por las ramas. o si lo hace, vuelve al avispero. De lejos prefiero a esa loca desfachatada e inofensiva que es su álter ego, la de Estupor y temblores y de esta novelita; la que se alucina Zaratustra, Dios. La que prefiere las huidas poco gloriosas antes que dejarse atrapar, porque "el único deshonor es no ser libre".
A ver si en la FIL del mes de julio me compro uno de sus libros. Creo que ya es hora. Si es en Quinteto, mucho mejor.

El sueño de Inocencio (Planeta, 2006)
Recuerdo claramente que me llamó la atención esta novela cuando la vi en abril del 2007. Puedo asegurar que sucedió en abril porque es un mes especial para las letras castellanas; yo me encontraba en una conocida librería sanisidrina y no me llevé la novela de Laveaga porque otro libro capturó mi interés y centavos, además que decían que su autor, el colombiano Fernando Vallejo, nos iba a visitar con motivo de la FIL de ese año (terminó plantándonos), a propósito de su más reciente publicación La puta de Babilonia (Planeta, 2007) cuyo ejemplar llevé a casa y al término de su lectura (no recomendable para todos) mereció algunas líneas en un post libresco.
Recién este año pude reencontrarme con esta novela histórica a un precio de ensueño (prácticamente la cuarta parte de su valor) y disfruté de la narración, lineal pero no plana (cartas, diálogos evocadores de su figura, voces monologantes, enriquecen el desarrollo de la trama para la construcción del retrato de este controversial personaje), cuyo protagonista, como ya han podido inferir, es Lotario de Segni, quien accedió al trono papal con el nombre de Inocencio III (1198 – 1216), en la misma época en que vivieron Francisco de Asís, Domingo de Guzmán, Felipe II, el Augusto (rey de Francia), Simón de Montfort, entre otros personajes históricos.

¡Hasta la próxima!

15 comentarios:

Carmina dijo...

ya veo ya que no has bajado para nada tu liston de lecturas, me alegra verte de nuevo en activo, y la verdad es que de todos estos libros me he leido la saga millenium y una vez leido el tercero no se si hubiera leido un cuarto, y el corazon helado que me provoco fuertes emociones. Queria leer el museo de la inocencia de Pamuk porque si no me equivoco es el unico que tienen en la biblioteca de mi pueblo. En cuanto a la escasez de libros en tu pais y el precio desorbitado entiendo que para ti debe ser todo un handicap porque mas que leer devoras y mas que comprar atesoras. Poco a poco, parece que cuanto mas deseas una cosa mas tarde en llegar, he apuntado unos cuantos titulos que se vienen para el plan infinito, que ya es mas que infinito porque al ritmo que ahora leo ni viviendo diez vidas mas podría leerlo todo.

rossy dijo...

De la lista leí en su día "La Reina En El Palacio De Las Corrientes De Aire". Maravilloso, como toda la serie ...

Esperaré a ver qué ha leído este mes ... :)

RebecaTz dijo...

Siempre es un gusto leerte, R., aunque haya pasado una semana o dos meses. Yo también he estado un poco ausente, pero es lógico que en ocasiones otras actividades nos impidan dedicarle mucho tiempo al blog.
Estoy fascinada con tu comentario del libro de Pamuk, tengo muchas ganas de leerlo.
Otro que me gustaría leer pronto es el de Almudena Grandes (sólo tengo en mi haber Atlas de Geografía Humana).
¡Un saludo!!

Isi dijo...

Jolines: Pamuk es de tus favoritos y yo todavía no he leído nada suyo, hay que ver!
Me alegro de que te gustara tanto El corazón helado; creo que es un libro estupendo, con personajes de esos que jamás se olvidan (y más estando taaaanto tiempo con ellos inmerso en 900 páginas, verdad?).
Y de Nothomb (¿la Nothomb?) pues qué te voy a decir; que has leído tantos libros suyos como yo ;) Coincido en que los autobiográficos son los mejores. Directos, divertidos y brutos.

Por último: ¡¡ES GENIAL QUE VUELVAS A POSTEAR!! Una vez más alucino con tu capacidad lectora mensual

Anónimo dijo...

¡viva, viva, una entrada! ;) jajaja, que bueno que regresas ¡y de qué manera! yo también tengo pendiente a Pamuk. A ver si me resuelvo a conocerlo este año.
Y una pregunta que no tiene que ver con los libros ¿qué tal es el verano peruano? ¿hace mucho calor? ¿ya regresaste de vacaciones? (me doy cuenta de que no es una ¡son muchas!)
un beso,
Ale.

T dijo...

Ya era hora R, de aumentar nuestras listas infinitas (bueno la mía) y de contagiarnos tu pasión por la lectura.
Apunté primero La palabra del mudo, pues JRR es uno de mis preferidos.
Seguramente estarás en la FIL esta vez en Miraflores :)
Cariños

R. dijo...

Carmina: Hay una serie de pasajes en la novela de Almudena Grandes dignos de ser comentados porque se marcan a fuego en la memoria del lector. Rescato uno: sobre el final de la novela, Álvaro recordándose a los once años, cuando se accidentó, y el comportamiento de su padre tras el hecho merecedor de un castigo, algo que no se condice con el secreto familiar desvelado.
Diste en el clavo: atesoro libros; ahora, no sé si soy un devorador de libros. ¿Has visto que varios participantes ya acabaron el Reto 2010? :O
Ojalá que la espera no sea muy larga con respecto a dos novelas que me interesan leer este año: El Tercer Reich, de Roberto Bolaño, y El asedio, de Pérez-Reverte.

Rosalía: ¡Larga vida a Lisbeth Salander!
Este mes me reencontré con otro viejo conocido: Murakami. A ver si te animas a leer algo del japonés.

Andrómeda: Para mí también es un gusto enorme leer tus minuciosos posts.
No sé si ya sabrás que esta última novela de Pamuk tiene un atractivo adicional. El turco este año tiene previsto abrir en Estambul el Museo de la Inocencia, donde exhibirá, entre otros que ha ido recabando por el mundo, los objetos que se encuentran en la novela y donde el visitante habrá de indagar sobre su sentido y la personalidad de los propietarios. Lo curioso es que el libro, sobre el final de sus páginas, cuenta con una entrada para el lector (pueden verla aquí), la cual será sellada el día de su visita. A ver si te provoca volver a visitar Estambul, libro en mano. ;)

Isi: A mí me pasó algo curioso con la novela de Almu, que tú ya has experimentado con algunos libros y contado en un post: soñé en más de una oportunidad con distintos pasajes y personajes. Bueno, también que por esos días me puse a ver los capítulos finales de la serie Holocausto -vista en mi chiquititud- que sintonicé de casualidad en el cable, y previamente había visto Soldados de Salamina, película basada en la novela homónima de Javier Cercas.
Repito: este post y los que vengan, se los debo -placenteramente- a los BIBs. ;)

Ale: Pamuk es un autor digno de conocer.
El verano limeño es bastante benigno (en la sierra peruana es temporada de lluvias y heladas; en la selva el clima es tropical y lluvioso). Lima es una ciudad costera, así que el que menos aprovecha sus playa cercanas. (Yo soy un extraño que prefiere el campo; debe ser porque termino hecho un camarón y nunca me bronceo, snif!) La temperatura esporádicamente bordea y sobrepasa los 30°, pero cuando el termómetro marca 27° ya nos sentimos en el infierno (así como nos sentimos en la Antártida cuando en invierno la temperatura baja a 15, 14, 13°). No llueve casi nunca. Lo que puede haber es una persistente llovizna o la típica garúa limeña. Puede estar nublado o neblinoso pero la sensación de calor -el bochorno-, sumado a la humedad resultan una tortura.
Así que, para terminar con mi reporte del tiempo, yo ahora te pregunto ¿cuándo nos visitas? :)
Y sí, ya estoy de vuelta.

T: Yo gustoso de aumentar tu lista...
Ribeyro es un maestro del cuento tradicional.
Antes de la FIL creo que me voy a dar un salto a la Feria del Libro Lima Norte (del 16 de abril al 2 de mayo).
Por lo que he leído, la Feria de Ricardo Palma retorna a Miraflores, al Parque Kennedy La FIL 2010 seguirá en el vértice del Museo de la Nación.

Gracias a todos por pasar y comentar.
Nos seguimos leyendo,
R.

mario skan dijo...

Hola R: buen promedio de lectura, creo que en febrero leí tres libros . Como sabrás siempre tomo nota de tus recomendaciones. Me interesa el libro de Vila-Matas, ahora con cambio de camiseta. Tienes una colección completa, acá sólo se puede conseguir Dietario voluble a precio desorbitante, que me perdone vila-matas pero lo postergo hasta que baje la bolsa. Con Pamuk aún no me entró el apetito lector, pero ya llegará.Te cuento que una compañera me pasó el primero título de la saga millenium, pero ahora leo un libro de cuentos bastante grueso, quizá sea objeto de lectura de mi compañera Biber, fans de Potters y su saga. A los demás autores los conozco pero nunca leí nada de ellos.
Espero más reseñas, saludos totales

R. dijo...

¡Hola Mario!

De Vila-Matas también recuerdo haber leído La asesina ilustrada en e-book. Seguramente por allá llega primero Dublinesca. ¿Cuánto nos costará? Gran pregunta.
A ver qué te comentan sobre Millennium; si es que vale la pena leerse la saga de Larsson.
Por mi parte pienso atacar una novela de Puig. Ya era hora de retomar a este autor.

Saludos,
R.

Isi dijo...

¿Alguna recomendación concreta de Pamuk? En mi biblioteca tienen (de los más actuales) "Nieve", "la maleta de mi padre", "otros colores", "la casa del silencio". Piensa que jamás le he leído.

R. dijo...

Isi: La maleta de mi padre es un librito que reúne 3 discursos ofrecidos por Pamuk -donde básicamente trata sobre el oficio del escritor- con motivo de igual número de premios que le fueron concedidos. El emotivo texto que da título al libro lo leyó al recibir el Nobel el año 2006. Puede ser leído antes de sumergirse en sus ficciones, de manera introductoria.
De sus novelas -las menos densas y alucinadas- te recomiendo Me llamo Rojo (ojalá puedas conseguirla) y Nieve.
Otros colores es un libro recopilatorio de sus artículos y La casa del silencio es su segunda novela, considerada una obra menor.
Saludos,
R.

Deborah dijo...

SI oye, se te extranaba. Te cuento que he vuelto con unos cuantos libros de autores peruanos. Tuve en mis manos La palabra del mudo pero me parecio carisima.
El comentario sobre el libro de Almudena esta tentador, a ver si se reivindica.

Saludos
Deborahs

R. dijo...

¡Hola Deborah!

Me da una curiosidad tremenda saber los títulos de los libros de autores peruanos que te llevaste. Uno es País de Jauja. Esperaré tus comentarios.
Más caro salía comprarse los 4 libros de La palabra del mudo en Jaime Campodónico Editor: 45 soles c/u.
Paseando por Quilca y Camaná, los dos tomos de Seix Barral los conseguí a 90 soles.
Una novela como El corazón helado reivindica a cualquiera.
Ahora sólo falta tu retorno a la blogósfera.

Saludos,
R.

Isi dijo...

Gracias R! jolines, cómo te sabes (y te acuerdas) de todas esas cosas... Bueno ,te diré que ahora tengo miedo de leerlo, porque acabo de terminar una novela corta de Sándor Márai y me parece que soy rara porque no me ha gustado mucho, la verdad (y mira que a mí me gusta casi todo...).
Bueno, habrá que probar igualmente.

R. dijo...

Descuida, Isi. Yo también considero mis gustos literarios bastante raros. Generalmente me gustan los libros considerados por otros densos, enrevesados, complejos. Todavía no leo nada de Sándor Márai. Lo tendré en cuenta apenas me informe mejor.

Saludos,
R.