La obra escrita del polifacético David Trueba (Madrid, 1969) llamó mi atención el día en que leí la sinopsis de su novela Saber perder (Premio Nacional de la Crítica 2008) de manera circunstancial en alguna página web. Pero fue gracias a las reseñas elogiosas que muy por encima alcancé a leer en los blogs de Carmina e Isi que di el siguiente paso: buscar sus libros en las librerías locales. Para mi fortuna, eran/son accesibles tres de sus novelas publicadas por la editorial Anagrama, dos de ellas disponibles en Compactos y la otra en Quinteto, y por muy raro que parezca, me prometí que las leería antes de que acabe el año.

Recuerdo claramente que cuando en abril acudí a Crisol para llevarme Saber perder (2008), entre otros libros, fue más bien su primera novela la que terminé comprando: Abierto toda la noche (1995). En esa decisión influyeron varios factores: el precio (casi la tercera parte), el hecho de que se tratara de su ópera prima (¿percibiría cierta evolución del autor?), la sinopsis de la contratapa (la promesa de pasar un buen rato leyéndolo; “una orgía de carcajadas” según Der Spiegel), y bueno, tiempo tenía de sobra antes de que finalice el 2010.

El turno de compra de Saber perder (más extensa que las precedentes) llegó el mismo día en que compré El Tercer Reich, de Roberto Bolaño. En la pasada FIL aproveché la oferta en Quinteto de Cuatro amigos (1999). Como ya he leído estas tres novelas del madrileño, quien también es actor, director (yo sólo he visto su trabajo en Soldados de Salamina, basada en la novela homónima de Javier Cercas), guionista (como referencia, Plot Ediciones ha impreso sus guiones), es el momento de hablarles un poco sobre ellas (serán inevitables las odiosas comparaciones) y de paso contarles mis adquisiciones librescas de agosto. En realidad necesitaba una excusa para contarles mis compras de este mes…

Las novelas de David Trueba se leen y se ven. Son de fácil lectura, cinematográficas en el mejor sentido de la palabra. Hay una cuidadosa puesta en escena en sus novelas (sin duda es un escritor influenciado por su oficio como guionista y la experiencia en los medios audiovisuales: cine y TV). Enganchan desde las primeras páginas, y el protagonismo está repartido en más de un personaje, por tanto los hay mejores perfilados que otros. Los tres tipos de narrador están ejemplificados en sus libros: el narrador testigo ("ATLN"), el narrador protagonista ("CA") y el narrador omnisciente ("SB)". Hay un acertado manejo de los diálogos, pero es en "SP" donde el autor arriesga con el uso del llamado discurso indirecto regido y el indirecto libre, sin por ello dificultar la tarea del lector a la hora de identificar las voces de sus personajes.

Con respecto a sus tramas, encuentro dos tópicos comunes: la sexualidad en todas sus variantes (parafilias incluidas) y la soledad. El sexo parece ser el fin último en la existencia de los protagonistas masculinos de "ATLN": el clan familiar de los Belitre está conformado por los abuelos paternos, el padre, la madre y seis hijos varones (de edades comprendidas entre los 9 y 28 años), la mayoría de los cuales está en permanente estado de excitación (en realidad se trata de una familia disfuncional). El cuarteto de compinches de su segunda novela ha dispuesto emprender un viaje vacacional los últimos quince días de agosto, lo que no es otra excusa para ligar y resolver la mala racha amorosa de uno de ellos (para variar, todo se pudre con la primera presencia femenina invasora y la próxima boda de la ex de uno de ellos). En "SP" la hija adolescente (Sylvia), el padre (Lorenzo) e incluso el abuelo (Leandro) tienen que lidiar con su despertar sexual, sus apetitos sexuales que chocan contra muralla encarnada por el conservadurismo de una ecuatoriana inmigrante y el reverdecer sexual a cambio de dinero, respectivamente. 

En cuanto a la soledad, sus novelas están plagadas de seres solitarios (lejos de su país, de la persona amada, faltos de sintonía con sus contemporáneos, o debido a un defecto físico o salud mental deteriorada) que redimen precariamente su condición en falsas compañías (los amigos de farra, la compañía de una prostituta, los placeres inmediatos que ofrece el dinero, los proyectos utópicos, etc.) y acompañados de sus recuerdos de tiempos mejores. La esperanza de que esta situación se revierta parece lejana y no es casual que al narrador personaje de "CA" sólo lo conozcamos por su apodo: Solo.

"ATLN" y "CA" se caracterizan por las situaciones hilarantes por las que atraviesan sus personajes, seres en su mayoría estrambóticos y patéticos, hasta cínicos (vidas totalmente despoetizadas), cuando no inmaduros (eternos adolescentes), sometidos a un eterno aprendizaje. Hay un pasaje en "ATLN" en que Félix Belitre, el cabeza de familia, dice que no quiere ser padre eternamente, “algún día a mí también me gustaría ser persona”, como si estuviera justificando su posterior comportamiento. En cuanto a Solo, de "CA", él ha encontrado la raíz de sus frustraciones en la castrante figura paterna. ¿Un poco tarde para sus veintisiete años cumplidos, no? En todo caso, ambas novelas comparten aciertos y desaciertos en su ligereza, linealidad, humor negro (chabacano por momentos) y rumbo imprevisible en los sucesos narrados. Hay frases que rozan la genialidad e invitan a la reflexión, pero dependiendo el momento en que se encuentre el lector, pueden ser divertidamente deprimentes (¿?).

"SP" parece escrito por otra persona distinta. Desde el momento en que la voz de la adolescente Sylvia cobra protagonismo, se puede percibir que no estamos frente a una novela infestada de situaciones machistas. Para animarlos en su lectura, los invito a leer las reseñas de Isi y Carmina. Yo sólo quiero agregar un pero a la novela, un pero irrelevante que encontré razonable en la nota de Agradecimientos que el autor adjunta al final. Es patente que todas las páginas dedicadas al fútbol, a la joven promesa del fútbol argentino Ariel Burano, quien ficha por un club español, son fruto de la investigación y no de una verdadera pasión futbolera, ¡y que me desmientan!. Nada más. Irrelevante, lo dije. Por eso me quedo con la siguiente cita pelotera de "CA":
Desde los primeros compases del partido mostré mi visión de juego, mi precisión en el corte, mi organización en la defensa y la capacidad para lanzar el contraataque. Lástima que no tocara la pelota en un buen rato y que me dedicara más bien a hacer compañía a Blas, que era nuestro portero. Claudio se enmarañaba en regates estériles entre la defensa contraria. Muy de su estilo, Raúl había fingido un tirón justo antes de empezar y estaba sentado en la banda fumando un porro que le inducía a reír estúpidamente cada vez que la pelota se aproximaba a mí.

***

¡Ahora sí! Mis adquisiciones de este mes o cómo hacerse de libros de la editorial DeBolsillo:

El cuento número Trece (Lumen, 2007), de Diane Setterfield. Tardó en engancharme esta novela. Me sorprendieron la trama (el desenlace no deja nada al azar, todo está bien hilvanado), el rumbo que van tomando los acontecimientos El amor por los libros, por la lectura, así como la narración como exorcismo son los temas que toca la autora.

Los Pilares de la Tierra (DeBolsillo, 2007), de Ken Follett. Será mi primer libro de este autor. Ya era hora que me decidiera por esta novela de más de 1,300 páginas en formato económico, que parece que todo el mundo menos yo la ha leído.

Todo fluye (DeBolsillo, 2010), de Vasili Grossman. Excelente ¿novela? de este escritor ruso. No dejen de leer o intentar leer su monumental Vida y destino.

Tierras de poniente (DeBolsillo, 2010), del sudafricano J. M. Coetzee. Ya le estaba dando muchas largas al primer libro del Nobel sudafricano, compuesto por dos historias. Será mi próxima lectura. Lamentablemente tendré que esperar hasta que su último libro, Verano (Mondadori, 2010) llegue en este formato por su precio prohibitivo.

Nuestra Pandilla (DeBolsillo, 2010), de Philip Roth. Habrá que saber apreciarlo a pesar del tiempo transcurrido desde su publicación en 1971.

Lecturas de mí mismo (Debolsillo, 2010), un conjunto de entrevistas, ensayos y artículos de P. Roth. Se podría decir que esta traducción aparecida hace dos años es de lectura obligatoria para los seguidores del norteamericano.

La semana tiene siete mujeres (Planeta, 2010), del peruano Gustavo Rodríguez. Mi cuota de literatura local.


–Yo calvo…, tú un burgués. –reflexionó Blas–. ¿Qué nos está pasando?
–A los mejor es la edad.
–Ni hablar. El otro día leí en el periódico que ahora la adolescencia dura hasta los veintiocho.
–No, Blas –le dije–, la juventud termina el día en que tu jugador favorito de fútbol tiene menos años que tú.

David Trueba, Cuatro amigos

17 comentarios:

Vero dijo...

tus adquisiciones siempre me encantan. El de "Saber perder" lo quiero comprar que desde que leí la entrada de Isi me entraron ganas.

mario skan dijo...

Hola R: de tus nuevas adquisiciones me seduce la idea de ROTH, me gustó mucho Pastoral... y El lamento de.... en casa tengo El profesor del deseo que aguarda.
Te cuento que vi la versión de Los hombres que odiaban.... y me dio ganas de leer el libro, se lo pedí prestado a una compañera sin embargo la lectura de Pynchon me tiene absorbido y paralizado.De coetzee me gustó Desgracia, debería entrarle de lleno a otra de sus historias ni hablar de Grossman, uyyy, tengo tanto por leer, me gana el ansia. Por eso están buenas las reseñas de los amigos bloggers, el entusiasmo es contagioso. Con respecto a Trueba sólo leí reseñan tuyas y de Oesido, reseñas positivas.

Un placer leerte R.
saludos

R. dijo...

Vero: Tenía que aprovechar que esos libros que quería leer hace algún tiempo ahora están disponibles en la editorial DeBolsillo y a un buen precio. Por eso, además, tienen prioridad de lectura.
A ver si un día te animas con Saber perder.

Mario: De Roth creo que ya leí sus mejores libros, Los de la trilogía de la América perdida (Pastoral americana, Me case con un comunista y La mancha humana) son imprescindibles, pero no puedo resistirme a la idea de tener su obra hasta ahora traducida al castellano.
Lo que debes estar gozando con el libro de Pynchon. A ver si el próximo año me animo a descubrir a este escritor.
Efectivamente, tenemos tanto que leer, y muy buenas referencias en la blogósfera amiga.

Gracias por pasar y comentar.
Saludos a ambos,
R.

Isi dijo...

Bueno, pues eso de que los de Trueba parezcan escritos por otro autor diferente me deja un poco así... Resulta que yo quiero al MISMO autor de Saber perder. Lo necesito. Quiero un libro que me emocione tanto como ese!!!

En cuanto a Vassilli Grossman (no sé cuántas eses ni eles lleva el nombre) es uno de mis eternos pendientes. De hecho, propuse Vida y destino unas cuantas veces para el club de lectura, pero al final nunca salió. Tampoco sé si me va a gustar o se me hará demasiado denso... Y tu nueva adquisición ¿se puede leer antes de Vida y destino o es mejor después? en fin, porque sea uno más cortito por el que empiece. Pero caerá tarde o temprano.

Homo libris dijo...

¡Menuda lista! Me encanta, jejeje.

Bueno, a mí me ocurre como a Isi, tengo a Vasili Grossman pendiente desde hace bastante. Me hice con su Vida y destino y de hecho comencé a leerlo. Me encantaron sus primeros capítulos pero fue una mala época y terminé dejándolo para disfrutarlo en otro momento... que no ha llegado aún. Tal vez este otoño-invierno sea el adecuado. Veo que Todo fluye ha salido ya en bolsillo, así que me haré con él también, jejeje.

Respecto a Los pilares de la Tierra ese libro que, como dices, todo el mundo parece haber leído, confieso que me aburrió hasta el punto de abandonarlo. Tal vez algún día lo reintente pero no terminó de convencerme, tal vez y como suele ocurrirme con otros best-sellers, porque las expectativas que despiertan los comentarios de la gente hacen que luego el libro termine por parecerme mediocre. A ver qué te parece y qué nos cuentas sobre él.

Un abrazo.

Isi dijo...

Pues a mí Los pilares me encantó. De hecho, uno de los personajes es mi personaje preferido del mundo mundial (el prior Philip).
Yo es que me entretengo con cualquier cosa ;)

R. dijo...

Isi: Creo que las otras novelas de Trueba emocionan de manera distinta (más efectista, tal vez). Al menos no me dejaron indiferente. Tendrías que intentar con alguna y sacar tus propias conclusiones, o en todo caso esperar su próxima publicación. ;)
Definitivamente Vida y destino es una lectura exigente pero enriquecedora. Seguir el rumbo de más de un centenar de personajes (estar yendo cada tanto a releer la lista de los personajes, casi todos con nombres, apellidos y apelativos rusos casi imposibles de memorizar) en diversos escenarios; soplarse -y quizás captar poco- explicaciones científicas; asimilar el horror, emocionarse con las muestras de humanidad, valentía, etc., etc., etc., todo aquello tiene su recompensa.
Tranquilamente puedes empezar por Todo fluye. Ojo que hay una mezcla interesantísima de ficción y ensayo en ese libro de Grossman, que además no representa ninguna dificultad en su lectura. No sé dónde leí que se trata de una novela inacabada, pero trataré de verificar esa información.

Homo libris: Espero que pronto llegue el día en que retomes la lectura de Vida y destino. Creo que vale la pena volver a intentarlo. Yo tuve que hacer mi lista aparte con los personajes y escenarios y leerlo casi casi de manera concentrada y disciplinada para no perder la ilación con tantas tramas y subtramas.
Para mí fue una sorpresa ver Todo fluye en DeBolsillo.
En cuanto a Los pilares de la tierra, a ver cómo me irá. He leído todo tipo de comentarios (de esos de un par de líneas que lo alaban o satanizan). Espero al menos que me permita alternar su lectura con otro libro, ya que hace un buen tiempo que no abandono ningún libro.
Que Isi se lo haya leído dos veces, me permite avizorar el panorama con esperanza. :)

Se me cuidan,
R.

Anónimo dijo...

Hola R, ya veo que no paras. De los compactos de Anagrama siempre me atrajeron Trueba y Gopegui. No me decido. A Trueba lo explicas muy bien y ... no creo que me guste. Te sigo siguiendo, un abrazo.

Anónimo dijo...

Por cierto Mario, nunca hablé de Trueba. Te referirás a Cercas y su Soldado de Salamina?. Este sí que me gustó a lot que dicen los isleños.

RebecaTz dijo...

¡Hola, R!
Me gustó mucho tu análisis, ¡tengo que leer a David Trueba!
Vida y destino fue una de mis mejores lecturas de 2008. Después busqué Todo fluye pero me costó conseguirlo y tuve que comprarlo carísimo (Galaxia Gutenberg) en la primera oportunidad. Hice mal porque aún no le he leído... :/

Leí Los pilares de la tierra hace varios años; en ese momento me entretuvo muchísimo, al grado de que apenas podía soltarlo.
Quizá no es la gran obra pero al menos te auguro mucho entretenimiento (espero).

También tengo algunas obras de Coetzee y de Philip Roth listas para ser leídas. :)
¡Un saludo!!

Anónimo dijo...

R.:
¡pero cómo aumenta la colección de libros! hasta estoy pensando en que nos los presentas muy paraditos porque ya ni caben en el librero ;)
¡que envidia! (de la más nefasta, creo que nunca hay de la buena).
me apuraré a leer el libro de Davir Trueba...al de Vida y Destino lo dejaré todavía un poco más...en estos tiempos en que ando tan ocupada necesito un libro que no requiera de mi total atención (que listas voy a hacer ahorita ni que ocho cuartos)
Extraordinaria entrada, como siempre...
me hiciste reir con la cida de cuatro amigos...el charro negro me decia el otro día "¿te has dado cuenta de lo jóvenes que son ahora los doctores?"
un abrazo,
Ale.

Adonita dijo...

Trueba y Coetzee son dos autores que aun ten pendientes, y eso que los tengo en una lista cada vez q voy de compras.... en fin, y el libro de Follet me gusto mucho cuando lo lei hace un par de a;os, tengo que releerlo porque quiero comprar la 2da parte.

Isi dijo...

¡¡pero si ya lo empezaste!!
;)

lammermoor dijo...

HOla, R. Pasaba a saludar y a preguntar por algo que le escribías a Leox en su despendida ¿Tiempo de descuento?

Isi dijo...

Oh!
Yo también he leído ese comentario que dice Lammermoor. ¿es posible que fuera un ataque de locura pasajero?
Sí, será eso. Estoy segura.

Nicocav dijo...

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cronicasdediaslluviosos dijo...

Soldados de salamina es una historia increible, adoro la película, imagino que por el cambio de sexo del protagonista me siento mas identificada con Ariadna.