Lo mejor del 2007


Nunca es tarde, dicen. A estas alturas de enero ya he pasado revista a la mayoría de recuentos y rankings que han elaborado los especialistas y simples lectores de a pie -rango en el que puedo ubicarme- con respecto a lo mejor de nuestras letras durante el 2007. No puedo sino estar de acuerdo a la hora de mencionar los méritos de ciertos libros que están presentes en la mayoría de las listas, esto no porque haya sido persuadido por los elogiosos comentarios que han cosechado, que mal hablarían de un gusto homogeneizado, sino por simple deleite personal. Aparentemente no me he perdido de gran cosa. En todo caso ya he tomado nota de hasta tres títulos que espero leerlos a lo largo del presente año.

Novelas

Las mejores:

1. El cielo sobre nosotros de Carlos Garayar. Por puro flojo no la comenté antes. En un lugar innominado de la selva (bellamente descrito), la Siberia es el pabellón de aislamiento de un hospital en donde una madura enfermera, la señorita Soria, se relacionará con un moribundo tuberculoso, el polaco Juan Siélac. Sobria narración de un amor desdichado, del cual nos enteraremos gracias a testigos más o menos implicados.
2. Radio Ciudad Perdida de Daniel Alarcón. Luego de una década de guerra fratricida, un país sin nombre aún no cura sus heridas, hay un orden impuesto, controlado. Un deseo de recuperar nombres, vivencias; de hallar explicaciones. De encontrarse a sí mismo.
3. Bruniquilda de Nilo Espinoza Haro. Ambientada en la España visigoda, un copista encandilado con la irreal, mítica pero no menos palpable reina de Austrasia, se abocará a la tarea encargada de descifrar unos supuestos palimpcestos proféticos que también representan la infaltable cita con el objeto de su obsesión.

Estuvieron en algo:

El susurro de la mujer ballena de Alonso Cueto (Finalista Premio Planeta – Casamérica). Dicen que es su mejor novela. Yo me sigo quedando primero con Demonio de mediodía.
Un millón de soles de Jorge Eduardo Benavides. El Velascato y la eterna impresión de que la historia política peruana, la historia en general, es circular (el eterno retorno).
El camino de regreso de José de Piérola. Una venganza, pero mucho más (conflictos raciales, sociales, de poder), que roza lo inverosímil. Novela de las llamadas de la violencia política.

Nouvelles que privilegian el lenguaje y el tono intimista de sus narradores-personajes:

El cielo de Capri de Marco García Falcón
Ellos dos de Patricia de Souza
Tigre hircana de Roberto Zeballos Rebaza (Premio Novela Corta 2007 Julio Ramón Ribeyro)

Cuentos

Imperdibles:

1. Algo que nunca serás de Guillermo Niño de Guzmán. Que de sus 9 cuentos, más de la mitad (5) me parezcan soberbios, 2 buenos y 2 prescindibles, dice mucho de la impresión que me causó leerlo.
2. Horno de reverbero de José Donayre. Un libro exquisito. El primero en medios locales en ser llevado de un blog a la imprenta.
3. Retrato de mujer sin familia ante una copa de Carmen Ollé. Libro que lo incluyo dentro de la categoría cuentos pero que es mucho más.

Con algunos cuentitos buenos:

Es sólo un viejo tren de José B. Adolph
A puerta cerrada de Leyla Bartet
Punto de fuga de Jeremías Gamboa
Bonitas palabras de Francisco Izquierdo
Cuentos de bolsillo de Harry Belevan
El rumor de la tormenta de Carlos Rengifo, único título que he leído de la joven editorial Casa Tomada. Me debo la lectura de la novela de Rengifo La casa amarilla publicado por la editorial Norma.

Para pasar el rato:

La musa travestida (cuentos) y El Conde de San Germán (novela) de Leonardo Aguirre deparan, al menos superficialmente, buenos momentos de relax.

Ensayos

El pacto con el diablo de Miguel Gutiérrez
Dossier Vargas Llosa de José Miguel Oviedo

No ficción

Bolívar Dictador y enemigo Nº 1 del Perú. El libro documentado de Herbert Morote es de lectura imprescindible.
Pequeños dictadores de Luis Felipe Gamarra. Periodísticos perfiles.

Para pasar el rato:


Rajes del oficio de Pedro Salinas y la franela a sus primeros 10 admirados colegas.
Lima freak de Juan Manuel Robles, perfiles pesudoliterarios a frikis locales.

Off Topic

Poesía

No soy asiduo lector de poemarios en general, pero acá quiero dejar constancia la compra y disfrute de La universidad desconocida, publicación póstuma de Roberto Bolaño y la manera en que sucumbí a la moda Luchito Hernández adquiriendo y leyendo una oportunista y sospechosa reedición de Vox Horrísona. Por último, tengo el placer de contar en la colección Obras Esenciales, Ediciones del Rectorado Departamento de Humanidades de la PUCP de la Obra poética en prosa y verso de Martín Adán, editado por Ricardo Silva-Santisteban.





1 comentarios:

Anónimo dijo...

Quería preguntarte: ¿A qué te refieres con "perfiles pseudo literarios" en el comentario al libro Lima freak?. He leído el libro y creo que no le falta razón a Juan Bonilla al calificarlo de "admirable".