Primeramente, y un poquito tarde, jeje, los marcapáginas 2012 que Isi me envió y no pude mostrarles en su momento.


Como podrán apreciar, por la curiosidad de Aryel tiene que pasar todo:


Y ahora sí, los marcapáginas de From Isi - 2013, y uno más, cortesía de Cuéntame una noctalia:


Aryel otra vez curioseando:




¡Mil gracias, Isi, por acordarte de este tu amigo del otro lado del charco! :-)



Más de una vez me he preguntado cómo será leer la obra de Murakami en forma cronológica, desde su primer libro hasta el más reciente, con el fin de apreciar su evolución, rastrear su recurrencias no tan visibles y que cualquiera que haya leído un par de libros del japonés percibe sin mayor esfuerzo. Lamentablemente, por cuestiones que conciernen a la editorial que lo publica en nuestro idioma, y caprichos de escritor consumado, esto es imposible. ¿Algún día tendremos las traducciones al castellano de sus primeros libros? Alucino y ruego que sí. De momento, como novedad libresca del presente año, se ha anunciado la publicación, siempre por Tusquets, de su libro de relatos Después del terremoto (2000), el cual espero no tarde mucho en llegar a nuestro país.

Anoche, inspirado por una foto que C captó de Aryel, la que inmediatamente nos remitió a C, G y a mí a una conocida imagen de uno de nuestros escritores favoritos –argentino él–, despejé una duda con respecto al nombre del gato del narrador sin nombre de La caza del carnero salvaje (1982) y de Baila, baila, baila (1988). Si bien han pasado sus añitos entre ambas lecturas, y no es que me acuerde de todo –memorioso no soy– , que el michi se llamara Sardina no me sonaba de nada. Y si hay que echarle en falta algún ingrediente murakamiano a la secuela, yo diría que escasearon los mininos: el único felino termina su participación en la página 28 (más adelante se le menciona de pasada), aunque lo narrado en esta sección es un punto de quiebre en la vida del protagonista, hasta ese momento un tipo sumido en el marasmo.

Tomé, pues, mi ejemplar de Compactos Anagrama, y al instante cayó en mis manos el papelito en el que hago mis apuntes, y releí páginas enteras de esta novela, y vaya que acá sí que Murakami se despacha de lo lindo, gatunamente hablando. Pues bien, según el traductor de La caza del carnero salvaje, al minino achacoso y pedorro le ponen por nombre Boquerón (nunca tuvo uno hasta que encargan su cuidado a cierto chofer, quien además lo bautiza así), y yo que me pregunto si el traductor de Baila, baila, baila no pudo respetar el mismo nombre. (Gracias a Google, hace unos instantes me informé sobre las diferencias entre los boquerones y las sardinas.)

Comprenderán que cuando uno está de vacaciones, y estrenando año nuevo, le vienen a la mente esta clase de dudas existencialistas. Así que, para no seguir aburriéndolos, termino este post con las fotos de rigor y una cita que, en cierta medida, me recuerda al discurso que suelto cuando me ausento y encargo por Aryel, quien, dicho sea de paso, sería la antítesis de Boquerón/Sardina, pero igual de querible e importante.




Un extracto de La caza del carnero salvaje (1982):

 –No le dé carne muy grasienta, porque la vomita. Y como tiene los dientes débiles, nada de cosas duras. Por la mañana, déle una botella de leche y una lata de comida para gatos. Ya avanzada la tarde, un poco de sardinas secas, carne o palitos de queso. En cuanto al orinal, procure que lo limpien cada día. No le gusta verlo sucio. Como tiene frecuentes diarreas, si a los dos días no se pone bien, vaya al veterinario por una medicina, y hágasela beber. Una vez que le dije todo esto, afiné el oído para captar el ruido del bolígrafo garabateando, al otro lado del hilo. –¿Y qué más? –dijo el hombre. –Está empezando a padecer de garrapatas en las orejas; por eso límpieselas una vez al día con un bastoncillo de algodón untado con aceite de oliva. Lo suele llevar a mal y se alborota, pero cuidado, no le vaya a romper el tímpano. Aparte de eso, si le preocupa que pueda arañar la tapicería de las butacas, córtele las uñas una vez por semana. Puede hacerlo con un cortaúñas corriente. Pulgas, no creo que tenga, pero, por si acaso, no estará de más darle un lavado con champú antipulgas de vez en cuando. Ese champú lo puede encontrar en las tiendas de animales domésticos. Después de lavar al gato, séquelo bien con una toalla, y pásele luego el cepillo; y para terminar, aplíquele el secador. De no hacerlo así, coge resfriados morrocotudos. –¿Qué más? –Eso es todo.



 Información para murakamianos (vía el blog Bestiario de Lirios): 

http://hackerfox.blogspot.com/2013/01/oye-al-viento-cantar-fragmento.html


Claves:

En verde: lo mejorcito
En los dos tonos de azul: destacados y menciones honrosas
En negro: los regularones o que se dejan leer
En rojo: lo malo (obviamente para mí)

En un próximo post me explayaré sobre mis lecturas del año que se fue.

1. Amor perdurable, Ian McEwan

2. Plataforma, Michel Houellebecq

3. Libro del desasosiego, Fernando Pessoa

4. Choque de Reyes, George R. R. Martin

5. Historia de dos ciudades, Charles Dickens

6. Al este del Edén, John Steinbeck

7.    Es sólo un viejo tren, Elena Poniatowska



8. Alguien voló sobre el nido del cuco, Ken Kesey

9. Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, Philip K. Dick

10. Cantar de ciegos, Carlos Fuentes

11. Soy leyenda, Richard Matheson

12. Matadero cinco, Kurt Vonnegut, Jr.

13. El jugador, Fiedor Dostoievski

14.  El Gran Gatsby, F. Scott Fitzgerald


15. Relatos, Stephan Zweig (Carta de una desconocida, Amok, Una noche fantástica, Terrible secreto)

16. El dueño del secreto, Antonio Muñoz Molina

17. La muerte de Amalia Sacerdote, Andrea Camilleri

18. El último trayecto de Horacio Dos, Eduardo Mendoza

19. El hombre que hablaba del cielo, Irma del Águila

20.  La civilización del espectáculo, Mario Vargas Llosa


21. Entre sus manos, Marthe Blau

22. Claraboya, José Saramago

23. Dándole pena a la tristeza, Alfredo Bryce Echenique

24. Santuario, William Faulkner

25. Una canción del ser y la apariencia, Cess Nooteboom

26.  El arco iris de gravedad, Thomas Pynchon


27. Sed de champán, Montero Glez

28. El hombre ilustrado, Ray Bradbury

29. Carta de batalla por Tirant lo Blanc, Mario Vargas Llosa

30. Diario: Una novela, Chuck Palahniuk

31. Besos de fogueo, Montero Glez

32.  Bienaventurados los que lavan su ropa, César Vega Herrera

33. La broma, Milan Kundera


34. Los perros negros, Ian McEwan

35. Otra vuelta de tuerca, Henry James

36. El corazón es un cazador solitario, Carson McCullers

37. Reflejos en tus ojos dorados, Carson McCullers

38.  El prisionero del cielo, Carlos Ruiz Zafón

39. Sábado, Ian McEwan

40. Medicina contra la melancolía, Ray Bradbury


41. Diario íntimo de Sally Mara, Raymond Queneau

42. Tigre blanco, Aravind Adiga

43. Mortal y rosa, Francisco Umbral

44. Nuestro hombre en La Habana, Graham Greene

45. Perder es cuestión de método, Santiago Gamboa

46. Las llamadas perdidas, Manuel Rivas


47. Pandora en el Congo, Albert Sánchez Piñol

48. Bilbao – New York – Bilbao, Kirmen Uribe

49. El inocente, Ian McEwan

50. El Gatopardo, Giuseppe Tomasi de Lampedusa


51. El vino del estío, Ray Bradbury

52. Sultana, Jean Sasson

53. León el Africano, Amin Maalouf

54. Movimiento perpetuo, Augusto Monterroso

55. El ayudante, Robert Walser

56. Relatos de ida y vuelta, Juan José Millás


57.  Poesía completa, James Joyce

58. Dublineses, James Joyce

59. Los hermanos Tanner, Robert Walser

60. Bomarzo, Manuel Mujica Láinez

61. El placer del viajero, Ian McEwan

62. Aire de Dylan, Enrique Vila-Matas

63.  La balada del café triste, Carson McCullers


64. Primer amor, últimos ritos, Ian McEwan

65. Bioy, Diego Trelles Paz

66. El lápiz del carpintero, Manuel Rivas

67. Los renglones torcidos de Dios, Torcuato Luca de Tena

68. Siete noches, Jorge Luis Borges

69. Temblor, Rosa Montero

70.  Consejos de un discípulo de Morrison a un fanático de Joyce, Roberto Bolaño – A.G. Porta


71. La tía Tula, Miguel de Unamuno

72. Para una tumba sin nombre, Juan Carlos Onetti

73. Entre visillos, Carmen Martin Gaite

74.  Ubik, Philip K. Dick

75. El almuerzo desnudo, William Burroughs

76. Los príncipes nubios, Juan Bonilla

77.  La plata de Britania, Lindsey Davis


78.  Las máscaras del héroe, Juan Manuel de Prada

79. La partida, Miguel Delibes

80. Edad prohibida, Torcuato Luca de Tena

81. La nada cotidiana, Zoé Valdés

82. Las doradas manzanas del sol, Ray Bradbury

83. Baila, baila, baila, Haruki Murakami

84. Cambios, Mo Yan

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