Para C, pichanguera en París  =)

Si no posteo hoy, no posteo nunca.

La fórmula es la siguiente:

En verde: Libros que están en mi ranking de lo mejor del 2011.

En azul: libros que podrían ir en verde, libros que me sorprendieron gratamente.

En negro: libros regulares, pasables, leíbles.

En rojo: libros decepcionantes.



1. La caída de los gigantes, Ken Follett: Segundo libro que leo de este escritor galés. Se trata de la primera parte de la trilogía The Century, que tiene a la Primera Guerra Mundial y a la Revolución rusa como marco histórico. Es un documentado best-seller de más de mil páginas al que pueden sobrarle algunas páginas –y personajes–, pero que es altamente adictivo.

2. El anticuario, Gustavo Faverón: Un buen debut literario.

3. Monstruos invisibles, Chuck Palahniuk: Me atrevería a decir que la desprolijidad es intencional y que los personajes no podrían ser más frikis, pero de todo hay en la viña del señor.

4. Las aventuras del buen soldado Svejk, Jaroslav Hasek: No pude con el libro del reconocido escritor checo. El personaje principal me resultó insufrible. No sé si algún día retome su lectura.

(Para compensar este abandono, debo consignar dos libros que me prestaron y gustaron: Helarte de amar, cuentos con elementos eróticos de Fernando Iwasaki, y La conciencia del límite último, interesante novela de Carlos Calderón Fajardo.)

5. Riña de gatos, Eduardo Mendoza: Premio Planeta 2010. Con este autor disfruto bastante, así que ya sé más o menos con qué tipo de personajes me puedo encontrar. El plus de esta novela la encontré en la otra mirada con que he visto a los cuadros de Velásquez.

6. El nombre del viento, Patrick Rothfuss: ¿Otro abandono en tan corto tiempo? Me obligué a seguir con la trama fantástica propuesta, y recién a más de la mitad del libro le hallé el gusto y cierto parecido a Harry Potter. La segunda parte ya está en librerías, pero yo paso de esta trilogía.

7. De qué hablo cuando hablo de correr, Haruki Murakami: Libro no sólo recomendable a maratonistas sino a todo aquel que admire al japonés. Un imprescindible para sus fans.

8. Hablemos de langostas, David Foster Wallace: No elegí bien mi primer acercamiento a este escritor. Se trata de una recopilación de artículos donde las notas a pie de página son inacabables.


9. En la frontera, Cormac McCarthy: Segunda parte de la trilogía de la frontera, que empezara con Todos los hermosos caballos. Hay partes que son poesía en prosa, códigos y comportamientos dictados por el entorno, por la memoria…

10. Ciudades de la llanura, Cormac McCarthy: Esta última parte es la que me gustó menos, pero había que leerla y reencontrarse con John Grady…

11. Austerlitz, W. G. Sebald: Extraño libro salpicado de fotografías… Desconcertante.

12. La pianista, Elfriede Jelinek: Tenía la referencia de la adaptación cinematográfica dirigida por Michael Haneke, así que pensé que no me sería tan dura, cruda. Pensé mal…

13. El misterio de la cripta embrujada, Eduardo Mendoza: La primera parte de la trilogía del estrafalario personaje innominado. De las tres entregas, mi favorita es El laberinto de las aceitunas.

14. El crimen del cine Oriente, Javier Tomeo; De este autor siempre rematan sus libros bajo el sello de Anagrama en las ferias del libro, cosa que siempre ha despertado mi curiosidad. Elegí mal. Libro llevado a la pantalla grande. Podría ir en rojo.

15. Tortilla Flat, John Steinbeck: Está a años luz de La perla. Las uvas de la ira sigue siendo mi libro favorito de este autor. En compás de espera tengo Al Este del Edén.

16. 1Q84 Libros 1 y 2, Haruki Murakami: ¡Genial! El japonés en estado puro, con esa cuota de fantasía que yo tolero y disfruto, con esa morosidad que paladeo (esas largas descripciones que no me empalagan ni aburren). En conclusión: con personajes que tienen su marca registrada. El final del libro segundo hubiera sido un perfecto final…


17. De qué hablo cuando hablo de amor, Raymond Carver: Bueno, a pesar o gracias a su editor, Carver fue un genio.

18. Tuareg, Alberto Vásquez-Figueroa: Por momentos trepidante. Sencilla, ágil y salpicada de datos.

19. Quieres hacer el favor de callarte por favor, Raymond Carver: El estilo fragmentario, lo no dicho, lo sugerido, etc., hace que admire varios de sus cuentos.

20. La ciudad de los prodigios, Eduardo Mendoza: Un folletín de aquellos. Y todo en un solo tomo.

21. El cartero de Neruda, Antonio Skármeta: Si mal no recuerdo, hay hasta dos adaptaciones cinematográficas de este libro del escritor chileno, yo vi una de ellas, pero nunca pude leerlo completo, hasta este año. Refinado erotismo. De lectura obligatoria en varios colegios limeños (dato no menor si se quieren aventurar en su lectura).

22. En un lugar solitario (Narrativa 1973 – 1984), Enrique Vila-Matas: Los cinco primeros libros del catalán en un solo tomo. Gracias a DeBolsillo irán apareciendo sus otros libros. Yo estoy como loco por tener El viaje vertical, imposible de encontrar en Anagrama. El prólogo a cargo del propio autor es una gozada: Imperdible.

23. Esperanto, Rodrigo Fresán: El argentino (alguien lo llamó "Borges pop") es uno de mis escritores favoritos. Veo uno de sus libros que no tengo, y simplemente estallo de felicidad, lo que quizá me condiciona o predispone en muchos aspectos; hablo desde la manera en que abro sus libros, los ojeo, compro, leo, releo, califico... ¡Todo!

24. Némesis, Philip Roth: El maestro sigue vigente. Creo que el estadounidense ya tiene el título de eterno candidato al Nobel. Hay quienes dicen que está desesperado por recibir ese galardón tan esquivo a muchos “monstruos” de la Literatura.



25. Snuff, Chuck Palahniuk: ¿Qué les puedo decir? Uno de sus personajes es una actriz porno que quiere batir cierto record. La verdad, me resultó hilarantemente retorcida.

26. Los girasoles ciegos, Alberto Méndez: Los cuentos que forman parte de este libro tienen relación entre sí. Son duros, conmovedores. Conseguí una edición cuya carátula confirma sus sospechas: fue llevado al cine. Lean y “veánlo”.

27. Chet Baker piensa en su arte, Enrique Vila-Matas: Antología cuentística con uno que otro texto inédito. Confieso que adquirí el libro para “completar” la colección.

28. Un sueño fugaz, Iván Thays: Su autor hace poco nos ha “sorprendido” con una nueva publicación (para niños). Esta es una especie de remake, o algo por el estilo, con dos textos inéditos. Si no han leído La disciplina de la vanidad, acérquense a este libro sin prejuicios.

29. Aeropuertos, Alberto Fuguet: Copio una frase de la contratapa: “El lado B de ser padres”. Nunca mejor resumido.

30. Norte, Edmundo Paz Soldán: Muy visual, muy cinematográfico, por ratos trepidante. Pero tengo esta novela en un limbo.

31. La oscuridad exterior, Cormac McCarthy: Los elogios sobran para este escritor.

32. Los enamoramientos, Javier Marías: Es la mejor novela que he leído este año. Si les gusta el estilo de Marías, les fascinará, aunque también me parece un buen título para empezar a leer al español.



33. Romina, Fortunata Barrios: Comprendo la extrañeza dibujada en más de un rostro. Fue una ganga que quería leer. Se lee en suspiro y se criticaría con saña si sobrepasara las cien páginas; como no es el caso, simplemente va en rojo.

34. Amado amo, Rosa Montero: Después de bastante tiempo una novela de la española que no colmó mis expectativas. De experiencias en una oficina, en el trabajo, se cosechan mejores historias.

35. El americano tranquilo, Graham Greene: Creo que podría ir en azul. Reviso mis notas y estoy seguro que este no será mi único libro de este autor.

36. El cebo, José Carlos Somoza: A este escritor le tengo camote. Me he leído todos sus libros. Este me ha gustado bastante. Es una acertada mezcla de varios géneros. ¡Alucinante!

37. La banda del ciempiés, Mario Levrero: Aceptable para pasar el rato. Al uruguayo hay que empezar a leerlo por otros libros que no tienen pierde, como los que forman parte de la Trilogía involuntaria.

38. Los sinsabores del verdadero policía, Roberto Bolaño: Por mí que sigan publicando todo lo que Bolaño haya escrito o garrapateado, siempre y cuando encuentre aunque sea una página que me emocione y me haga reconocerlo; que me diga que sí, que valió la pena encontrar la aguja en el pajar, que no importa que este haya sido el libro más caro que me compré en el año, porque esas líneas lo valen.

39. Puedo explicarlo todo, Xavier Velasco: El volumen de esta novela puede hacer recular al lector más empedernido. El principio algo enrevesado puede condenarlo a la hoguera. Acabarlo no sólo es cuestión de fe, tal vez implique cierta identificación con sus personajes (lo digo en plural para despistar). Es el tercer libro que leo del mexicano, a quien le tengo harta fe.

40. La boda del poeta, Antonio Skármeta: No digo la sensación final que me produjo esta novelita, porque estaría haciendo spoiler. Simplemente diré que se deja leer.


41. El club de la lucha, Chuck Palahniuk: ¡Cómo he buscado esta novela! Sí, no se equivocan. Existe una película "de culto" con Edward Norton y Brad Pitt. Así la hayan visto, deléitense con el libro.

42. Metafísica de los tubos, Amélie Nothomb: Hilarante, divertida. Los libros autobiográficos de la belga son una apuesta segura, y siempre quieres leer más.

43. Las mentiras de la noche, Gesualdo Bufalino: Otro autor que quería leer desde hace tiempo y que no me ha defraudado. Un estilo algo recargado, barroco, le dicen, para un final de aquellos...

44. Lágrimas en la lluvia, Rosa Montero: No soy fan de la ciencia ficción, pero cómo he disfrutado con esta novela. Un homenaje a Philip K. Dick y a la película de Ridley Scott (Blade Runner).

45. España aparta de mí estos premios, Fernando Iwasaki: Hasta ahora no entiendo cómo no han declarado a este escritor peruano, afincado en Sevilla, persona non grata y lo han expulsado de la Península. Una sola palabra para definir estos cuentos: corrosivos.

46. Azul casi transparente, Ryu Murakami: Se equivocan si creen que se trata de un pariente de nuestro conocido Haruki. No, bromeo. Ya sé que ni lo han pensado. Un catálogo de excesos: sexo, drogas...

47. El ruido de las cosas al caer, Juan Gabriel Vásquez: Premio Alfaguara de Novela de este año que se va. Muy bien escrita, Bien estructurada. Hay pasajes, situaciones que acogotan.

48. El año de Saeko, Kyoichi Katayama: Tristeza, melancolía, pero que no sentí naturales en el libro. Se agradecen las notas a pie de página.

 
49. Balzac y la joven costurera china, Dai Sijie: Emotiva novela, inspirada en hechos reales vividos por su autor, quien también dirigió su adaptación homónima. Me sorprendió gratamente por su sencillez y todo aquello que nos dice, confirma, a los que amamos los libros y no podemos dejar de leer.

50. El desierto de los tártaros, Dino Buzzati: Esta es una recomendadísima novela, que no caló en mí como esperaba, porque adiviné ciertos hechos (ya, lo digo, me esperaba ese final).

51. Salvajes y sentimentales, Javier Marías: Cuán ligados están el fútbol y la literatura.

(Este año fue nefasto para mi equipo. Todo empezó con el anunciado Dream Team, y terminamos perdiendo punto tras punto en mesa, que comprometió nuestra permanencia en la categoría. En fin. Lo bueno del año, futbolísticamente hablando: el tercer lugar en la Copa América; todos esos partidos que la “U” volteó conmigo de espectador en el Estadio Monumental; mi visita al remozado Estadio Nacional para el primer partido de las Clasificatorias a Brasil 2014 y el campeonato del Aurich. Sí, me dio una inmensa alegría que le ganaran a nuestro clásico rival.)

52. El clan del oso cavernario, Jean M. Auel: Otra de esas sagas que siempre han llamado mi atención. No me fue mal con la novela, pero descarto que lea los otros libros. Agotadora lectura. La película es un bodrio.

53. El último encuentro, Sándor Márai: Otro de esos autores que llevaba un buen tiempo queriendo leer. La ocasión se presentó con esta intimista novela. Después de esta buena experiencia, no tardaré en elegir el próximo libro.

54. El jardín de la doncella, Carlos Rengifo: Nada menos que XIV Premio de Novela Corta Julio Ramón Ribeyro… Decepcionante.

55. La conjura de los necios, John Kennedy Toole: Coseché opiniones encontradas sobre esta novela antes de embarcarme en su lectura. Me he divertido leyendo los avatares de Ignatius Reilly, sus devaneos y “filosofía de vida”. Personajes delirantes, un excelente final y la pena de saber sobre la corta vida de su autor.

56. Perorata del apestado, Gesualdo Bufalino: La trama no será original, pero sí lo es el estilo de su autor: uno de mis descubrimientos del año que se va.


 57. El amor de mi vida, Rosa Montero: Si alguna vez se topan con este libro, deténganse a apreciar la foto de la portada: ¡Una maravilla! Se trata de una compilación de textos publicados por la española en el diario El País. Un festín literario.

58. Las ratas, Miguel Delibes: Este año, en mis incursiones donde los libreros de viejo, he podido conseguir tres libros de Miguel Delibes (dos de ellos gracias a los amigos Pollo y Stuart). Espero que me vaya mejor con La sombra del ciprés es alargada (su primera novela), o con los cuentos de La partida.

59. El mar, John Banville: Placentera lectura.

60. Crónicas marcianas, Ray Bradbury: O hace tiempo que le perdí el gusto a los cuentos o es que no suelo encontrarme con colecciones como esta, a pesar de que lleven el rótulo de “ciencia ficción”. Anímense y léanlos en orden. La serie que hicieron es un bodrio (por falta de presupuesto, claro).

61. Expiación, Ian McEwan: ¡Hasta que por fin encontré este libro! ¡Hasta que por fin desenterré el dvd con la película! Reseñada y recomendada novela por más de un amigo blogger.

62. Lejos de Veracruz, Enrique Vila-Matas: Por ratos me pareció leer al mejor Alfredo Bryce con sus enamorados y enamoradizos personajes, tan estrambóticos ellos, tan desarraigados.

63. Brillante como una cacerola, Amélie Nothomb: Cuatro cuentos que se leen en un suspiro, con el sello de su autora.

64. Una vida absolutamente maravillosa, Enrique Vila-Matas: Una imperdible recopilación de artículos y ensayos, que incluye en su integridad el libro Para acabar con los números redondos.


65. Una pasión latina, Miguel Gutiérrez: Novela apreciada por la crítica local. A mí no me impactó. Para mí, este escritor peruano ya se puso la valla bien alta con La violencia del tiempo.

66. Hijo de Dios, Cormac McCarthy: Con este libro paro la mano con este autor. Creo que ya es hora de retomar a Faulkner.

67. Diario de un libertino, Rubem Fonseca: Divertida. El protagonista es un escritor pipiléptico que lleva un diario donde no faltan ciertas referencias literarias y sus cuitas.

68. El núcleo del disturbio, Samanta Schweblin: Dos o tres cuentos "kafkianos" rescatables.

69. La piel fría, Albert Sánchez Piñol: Hacía bastante tiempo que no sentía miedo leyendo algo. Excelente final. Podría ir en verde. Recomendación del amigo Stuart.

70. Nada, Carmen Laforet: Asfixiante. No pensé que me iba a gustar tanto, a pesar de los hechos que se narran.

71. 1Q84 Libro 3, Haruki Murakami: Espero que no haya continuación. Lo pongo en azul sólo para los murakamianos. Lo adquirí vía Amazon.es.

72. Bullet Park, John Cheever: Impresionante. Obsequio por mi cumpleaños de mi querida amiga Insu. Recomendación del amigo Pollo.


73. Necrópolis, Santiago Gamboa: Peca de exceso. Bolaño hay uno solo.

74. El museo de cera, Jorge Edwards: Se deja leer.

75. Las tribulaciones del estudiante Törless, Robert Musil: Al fin sacié mi curiosidad respecto de este libro.

76. La humillación, Philip Roth: No será su mejor libro, pero tampoco el peor. En ciertos casos se agradecen las lecturas ligeras, especialmente en esta época del año.

77. Mecanismos internos, J. M. Coetzee: El Nobel sudafricano es un gran ensayista.

78. Las teorías salvajes, Pola Oloixarac: Decepcionante. La leí por inercia y de poco me enteré.

79. Chesil Beach, Ian McEwan: Excelente novela corta.

80. Juego de Tronos, George R. R. Martin: Adictiva fantasía épica. Hoy no duermo hasta que la termine. De una vez la califico en azul. Ya me conseguí la serie que consta de 10 episodios. Pienso leer los otros libros que forman parte de la saga Canción de hielo y fuego a medida que los publiquen en Plaza Janés para latinoamérica. O sea, esperaré hasta febrero Choque de Reyes.

Ahora sólo me queda desearles un...

¡FELIZ AÑO NUEVO!

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